jueves, 28 de octubre de 2010

Economía: la dictadura y la crisis económica

Cuando se impuso la dictadura, la administración económica acabó con consecuencias desastrosas. La distribución de la renta nacional sufrió un cambio negativo, con una bajada importante en la participación de las rentas salariales. La consecuencia era la depresión del consumo y el bloqueo de la recuperación económica.

En los años 20, la economía se alimentaba de un gran consumo expansivo, pero acabó explotando por un endeudamiento generalizado en familias y empresas. La restricción del crédito sufrida en 1929 en EEUU se transmitió rápidamente al resto del mundo. Las consecuencias fueron que la inversión se desplomó, lo que arrastró la producción y la ocupación a un fracaso seguro.

Para España y Catalunya, las consecuencias de la crisis fueron devastadoras. Al acabar la guerra Civil, España estaba endeudada con muchos países y escasa de reservas. Esto provocó un aumento de la inflación inevitable para financiar el déficit público.

Como se puede ver en este gráfico, el incremento de los precios avanzó durante todo el período de depresión. La escasez de alimentos y de otras provisiones básicas era por sí misma una causa de incremento de precios.



A partir de 1930 se produjo un cambio de ritmo evidente en la evolución de la población catalana. La inmigración disminuyó debido a la crisis de los años 30, y la contrarreforma agraria y el aumento demográfico generaron grandes corrientes migratorias que las ciudades no estaban preparadas para absorber. 
Esto produjo un problema por la falta de viviendas en las grandes ciudades. Con la economía bajo mínimos y el sector de la construcción muy débil, se potenció la construcción de barracas para la clase baja.

La dictadura subordinó la reconstrucción económica en relación a su propia supervivencia política. El régimen fue la causa de la inflación descontrolada, de la creación de un sector público industrial parasitario y poco competitivo en contra del sector privado, de los salarios pobres y de la debilidad de la demanda interna, de las anomalías en el racionamiento de alimentos y de las restricciones energéticas.  

En definitiva, después de 1930 Catalunya comenzó una época de recesión y crisis nunca antes vivida. La exposición Internacional de Barcelona marca la fecha del inicio de una época desastrosa para la economía catalana en décadas venideras.

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